Ellos revelarán la espiritualidad esencial de todo trabajo científico que esté motivado en el amor a la humanidad y su bienestar; relacionará la ciencia con la religión y traerá a la luz la gloria de Dios por medio de Su mundo tangible y sus obras. Su función es muy interesante, pero no se manifestará hasta dentro de mucho tiempo -cuando se comprendan mejor las fuerzas constructivas del Universo, lo cual coincidirá con el desenvolvimiento de la visión etérica.
(El Discipulado en la Nueva Era I, pp. 48-52; pp. ingl. 35-40)